Las vías de transporte generan importantes impactos sobre los paisajes que atraviesan y su fauna. Estos impactos son complejos e incluyen desde efectos barrera que aíslan y fragmentan poblaciones, aumentando su probabilidad de extinción, hasta cambios en el comportamiento de los animales, que evitan las vías o se ven atraídos por ellas. De todas las consecuencias que tienen estas infraestructuras sobre la fauna, la más evidente para las personas que circulan por ellas son los atropellos.
Todo el mundo ha visto algún animal atropellado. Los atropellos pueden ser una importante amenaza para especies en peligro como el lince ibérico, pero también resultar un peligro para los conductores cuando colisionan con ciervos, corzos o jabalíes, dando lugar a accidentes de tráfico. Pero el hecho de que los atropellos de fauna sean un problema ampliamente reconocido no implica que conozcamos su magnitud. La realidad es que sabemos poco de la mortalidad de fauna que genera el tráfico rodado, y no existen estimas actualizadas de la mortalidad de animales vertebrados que se producen en las carreteras españolas cada año. El Plan Stop Atropellos de Fauna Española (plan SAFE) es una nueva iniciativa que pretende sacar a la luz estas cifras.