logo

A veces es mejor estar callado y no hacer ruido si uno quiere saber lo que sucede a su alrededor. Esto fue lo que pensamos hace ya algunos años mientras tratábamos de localizar, bien entrada la noche en el Páramo de la Lora (Burgos), una charca en la que capturar unos tritones con los que realizar un nuevo experimento. Lo cierto es que estábamos un tanto desorientados en aquella noche oscura, porque dedicarse a investigar cómo se orientan los animales no es garantía de ser capaz de hacerlo uno mismo. Mientras estábamos ocupados en la búsqueda de la charca llegó hasta nosotros el canto de los sapos que se reproducían en ella, así que caminando hacia el origen del sonido logramos nuestro objetivo. Leer más.

Cada vez que hallamos una respuesta a nuestras preguntas sobre la naturaleza encontramos además una variedad de nuevos interrogantes. Cuando descubrimos que los tritones jaspeados eran capaces de orientarse hacia los cantos de los sapos con los que compartían la charca a la que acudían cada año a reproducirse (véase el artículo), nos preguntamos  (1) si esto podrían hacerlo otras especies de tritones, (2) si se trataba de una conducta aprendida y (3) si dos poblaciones distintas de una misma especie de tritón responderían de igual forma a determinados estímulos acústicos. Pusimos manos a la obra y diseñamos una serie de experimentos con la intención de lograr responder a las tres preguntas. Leer más.