Sobre el intercambio de lagartos gigantes entre El Hierro y La Gomera
Asociación Herpetológica Española
Junta directiva (ahe@herpetologica.org)
LA ASOCIACION HERPETOLÓGICA ESPAÑOLA CONSIDERA INSUFICIENTE PARA LA CONSERVACIÓN DE LAS ESPECIES DE LAGARTOS GIGANTES DE LA GOMERA Y DEL HIERRO, EL INTERCAMBIO DE LAGARTOS ENTRE LAS DOS ISLAS, ADEMÁS DE CONSIDERAR PELIGROSO JUNTAR ESPECIES EVOLUTIVAMENTE TAN PRÓXIMAS PUDIENDOSE GENERAR PROCESOS CATASTRÓFICOS PARA LAS DOS ESPECIES, PROPONIENDO LA CREACIÓN DE POBLACIONES INDEPENDIENTES PARA CADA ESPECIE EN PUNTOS ALEJADOS DE SU ORIGEN.
Hemos podido leer en los periódicos de las últimas semanas que los Cabildos Insulares de El Hierro y La Gomera han decidido llevar a cabo un intercambio de ejemplares de sus lagartos gigantes –Gallotia simonyi y Gallotia bravoana-nacidos en cautividad. Se trata de una iniciativa con la que se intenta llevar a la práctica de forma oficial uno de los objetivos de los planes de recuperación de esas dos especies amenazadas.
En ambos casos, esos planes de recuperación -convenientemente aprobados por el Parlamento Canario y de obligado cumplimiento para la Administración responsable-consideraban oportuno crear “poblaciones lejanas”, y se definían específicamente como tales a todas aquellas que se establecen en condiciones de cautividad o semilibertad en un punto distante del área natural de distribución y con objetivo de prevenir posibles extinciones catastróficas (Acción 2.6 del P.R. Lagarto Gigante de La Gomera y Objetivo 3.5 del P.R. Lagarto Gigante de El Hierro).
Hace tiempo que la vigencia de ambos planes de recuperación de esas dos especies acabó (el de El Hierro en septiembre de 2009, y el de La Gomera en octubre de 2011) y que, al menos en el caso de Gallotia simonyi, deberían haber sido llevados a cabo, no sólo porque así figuraba en el marco del Plan de Recuperación, sino porque había predisposición de varias entidades de prestigio nacional y mundial, entre las que se encontraban los zoológicos de San Diego (USA), Jersey (UK) o Jerez de la Frontera, a asumir la responsabilidad. Todas estas entidades estaban ya dispuestas a invertir en el programa de conservación ex situ de estas especies, además de correr con los gastos generados en esta acción. Además, la cesión de ejemplares a esos zoológicos reduciría a cero la probabilidad de introducir un patógeno no deseado en cualquiera de las dos islas (recordemos, por ejemplo, que la inesperada llegada de ejemplares de ferreret o sapillo balear –Alytes muletensis-infectados por el hongo Batrachochytridium dendrobatidis, hasta entonces desconocido, puso en jaque el programa de recuperación de esta anfibio amenazado en la isla de Mallorca). Por eso, cualquiera de esas opciones hubiera sido mejor que la elegida.
Por lo que hemos podido leer en los periódicos, los ejecutores de la acción piensan que este intercambio de lagartos es, al fin y al cabo, un paso adelante en el programa de conservación de ambas especies que habría que celebrar. Pero se trata de un paso demasiado tímido y sospechosamente cercano a la auto-complacencia y a una operación mercantil cuyo único objetivo final no es la conservación de esas especies, sino seguir impidiendo la salida de ejemplares del archipiélago para continuar utilizando a estas especies amenazadas como un reclamo puramente turístico.
Sugerimos por todo lo expuesto a los responsables políticos de la conservación de las dos especies de reptiles anteriormente citadas que hagan su trabajo de forma razonada y ordenada. No deben permitir que esos programas de recuperación sigan más tiempo sumidos en el vacío legal porque, recuérdenlo, la ley les obliga a ello y porque lagartos y personas no merecen depender únicamente de actos improvisados. Redacten, hagan consenso, tengan en cuenta la opinión de expertos de diversa procedencia y formación y aprueben planes de recuperación razonables. Para ello ajústense -por supuesto-a la difícil situación económica que atravesamos, pero sean también ambiciosos, especialmente si las acciones son baratas.
La creación de poblaciones lejanas es una medida que puede resultar barata, sobre todo si hay instituciones externas dispuestas a colaborar económicamente como es el caso, y que puede llegar a ser vital para la supervivencia de especies que se encuentran al borde del abismo, como los lagartos de El Hierro (Gallotia simonyi) y La Gomera (Gallotia bravoana).
Diciembre 2013