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La Asociación Herpetológica Española denuncia el uso sensacionalista y recreativo que se hace de los animales en el programa emitido por la cadena de televisión Cuatro “La Selva en Casa”

La televisión es un medio de comunicación que se caracteriza por su capacidad para transmitir diferentes contenidos masivamente a la sociedad. Por ello, las personas encargadas de la programación de televisión deberían ser responsables de los programas que se emiten, especialmente si se trata de programas con aspiraciones mínimamente educativas.

El acercamiento de la naturaleza a la sociedad mediante la realización y emisión de reportajes o documentales es una actitud de gran valor, al contribuir a educar a una sociedad cada vez más alejada de su entorno natural, que parece empeñada insistentemente en adoptar un punto de vista antropocéntrico y extremadamente utilitarista de su entorno. Así, este acercamiento proporciona conocimientos que quizás de otro modo no estarían al alcance de numerosas personas y favorece el desarrollo de una actitud más respetuosa y sensibilizada hacia la biodiversidad que nos rodea. Sin embargo, no todos los programas que versan sobre la vida silvestre cumplen con estos fines.

 

 

Desde el día 25/12/2011 el canal de televisión Cuatro emite un nuevo programa titulado “La Selva en Casa”. A juzgar por los dos episodios emitidos hasta el momento, este programa ignora cualquier finalidad educativa ya que, hasta donde se ha podido comprobar, no presenta una estructura clara ni responde a una temática concreta, pareciendo ser una amalgama de imágenes grabadas en distintas localidades de nuestra geografía. Además, la información sobre nuestra fauna es extremadamente escasa (con lo que recae todo el protagonismo sobre el presentador) y, lo que es más grave, errónea en algunos casos. Afirmaciones como que la especie Vipera seoanei se encuentra fundamentalmente en Cantabria (cuando se distribuye por toda la Cordillera Cantábrica, Galicia y oeste de Zamora, alcanzando incluso el noroeste de Navarra) y habita cuevas (cuando ocupa una gran variedad de medios arbustivos), que el urodelo Salamandra salamandra “echa bebés chiquititos” (ignorando por completo las poblaciones ovovivíparas, cuyas larvas sí sufren el proceso de metamorfosis), vive en rocas pegadas a ríos o estanques (cuando su capacidad de dispersión es notable) y es tratada por los agricultores “como si fueran princesas” (cuando tradicionalmente tanto los agricultores como los pastores han matado con saña tanto a las larvas como a los adultos de S. salamandra por considerarlos venenosos), que se puede identificar una especie de víbora por cómo ataca, que una subespecie de víbora es “víbora seoanei que vive en una cueva”, que las serpientes “ven, oyen y todo por la lengua” (cuando sólo es exclusivamente un órgano quimiorreceptor), que las víboras “van por lo que es el calor” (aún aceptando que esta afirmación pueda tener base, pierde toda la razón cuando lo que se está haciendo es acosar un ejemplar con la empuñadura de un gancho para manipular ofidios), que las serpientes dislocan la mandíbula para ingerir sus presas (ignorando por completo las complejas modificaciones que ha sufrido el cráneo y la mandíbula de los ofidios a lo largo de su historia evolutiva) o que los dientes de las víboras se mueven alternativamente de manera independiente son sólo algunos ejemplos de esos casos de información errónea que se pueden encontrar en los dos episodios de “La Selva en Casa” emitidos hasta la fecha y que, por inocentes que puedan parecer, tienen graves consecuencias al confundir a los espectadores y al contribuir a fijar mitos en la sociedad.

Aunque sería una ingenuidad asumir que los programas sobre la naturaleza se graban directamente en el medio natural sin ninguna manipulación, ello no exime de que las especies o los comportamientos objetos de la grabación correspondan a especies presentes en el área geográfica donde el programa se localiza o a comportamientos que se puedan encontrar en la naturaleza. En este sentido, el programa “La Selva en Casa” representa un fraude al espectador, ya que en el segundo episodio emitido se intenta describir algunas características de la víbora hocicuda, Vipera latastei, especie distribuida por casi toda la Península Ibérica (excepto en su extremo septentrional) y norte de África, cuando las imágenes muestran un ejemplar (macho, no hembra, como dice el presentador) de víbora cornuda, Vipera ammodytes, distribuida desde el sur de Austria y noreste de Italia hasta los Balcanes y claramente diferenciable de V. latastei por presentar un apéndice sobre el hocico dirigido hacia delante y formado por más de siete escamas apicales. Junto a la evidente falta de ética que el uso de una especie no autóctona representa y la confusión que ello supone para el espectador, la grabación de un ejemplar de V. ammodytes plantea otras cuestiones: ¿fue el ejemplar objeto de venta legal o ilegal?; ¿cuál es su estado sanitario? (aspecto importante para evitar la transmisión de enfermedades infecciosas); ¿cuenta el equipo responsable del programa con las autorizaciones correspondientes para la posesión y manipulación de una especie exótica y venenosa? Estos aspectos redundan en la falta de ética y de responsabilidad hacia el entorno de la que hace gala el equipo responsable del programa.

Si entre los objetivos de cualquier programa de divulgación se encuentra, junto a proporcionar información objetiva, imbuir a los espectadores de una actitud más educada hacia su entorno, “La Selva en Casa” también fracasa en este sentido. Sólo da pábulo a un presentador que trata a los animales que maneja y que pretende presentar al espectador como objetos de circo en una línea claramente sensacionalista. Además, esta actitud es muy peligrosa, ya que puede hacer que los espectadores adopten una actitud errónea hacia los animales. Debemos tener en cuenta que se trata de organismos vivos, susceptibles de sufrir estrés y enfermedades infecciosas, sin contar que la alteración del hábitat puede ser muy importante a escala local, especialmente si el lugar de la grabación es de dimensiones reducidas (un pequeño arroyo, por ejemplo). Adicionalmente, la actitud que muestra el presentador del programa es maleducada y hostil. Las evidentes faltas de respeto que muestra hacia el resto del equipo de grabación y el uso pródigo e  indiscriminado de palabras y expresiones malsonantes hacen que desaparezca por completo no sólo la calidad educativa del programa, sino también la recreativa. Es fake watches exasperante, no sólo en relación a la posible audiencia infantil, sino también para cualquier adulto mínimamente educado, escuchar a una persona que continuamente necesita recurrir a términos groseros para reforzar sus opiniones o imponer su criterio.

Por otra parte, el programa presenta una colección privada de animales. No sabemos si el propietario de dicha colección cuenta con los permisos necesarios para mantenerla, ni si las instalaciones cumplen con los requerimientos necesarios para las diferentes especies alojadas. Sin embargo, incluso suponiendo que tanto los aspectos administrativos como las instalaciones estén en orden, la presentación de estas instalaciones puede animar a muchas personas a iniciar colecciones privadas, fomentando el tráfico, legal e ilegal, de especies, con independencia del estado de conservación de sus poblaciones silvestres. Además, estas colecciones, al responder al concepto de colección de animales del siglo XIX, cuando los bestiarios eran tan comunes, desvirtúan el valor que tienen los zoológicos modernos, los cuales están desarrollando valiosos programas para la conservación y recuperación de especies amenazadas, además de tener una clara vocación educativa.

Finalmente, las comunidades autónomas han elaborado una normativa en relación al manejo de fauna silvestre, especialmente en espacios protegidos. Así, cualquier persona que deba manipular vida silvestre debe contar con los preceptivos permisos administrativos. Sin embargo, en ninguna parte durante la emisión de los programas se deja constancia de que las diferentes comunidades autónomas hayan concedido su permiso para la captura y manipulación de las especies presentadas.

Por todo lo expuesto, la Asociación Herpetológica Española denuncia el uso con fines sensacionalistas y lucrativos de los animales realizado en el programa “La Selva en Casa” y exhorta a los responsables de las diferentes cadenas de televisión, y a los de Cuatro en particular, a que presten una cuidadosa atención a la calidad de los contenidos de sus programas actuales y futuros.

Asociación Herpetológica Española

La Asociación Herpetológica Española, apoya la creación de poblaciones cautivas de Lagarto Gigante de El Hierro (Gallotia simonyi) en instituciones de reconocido prestigio alejadas del núcleo principal, ya recogido como objetivo principal del primer Plan de Recuperación para la especie y que inexplicablemente nunca se llevó a cabo

La reciente erupción del volcán submarino en la casi siempre tranquila isla del Meridiano ha terminado por convertir a El Hierro en un objetivo periodístico de primer orden. No es de extrañar, por eso, que en las últimas semanas numerosas publicaciones de tirada regional y nacional hayan aprovechado para dar un buen repaso a cualquier tema relacionado con la isla. Gastronomía, excursiones, costumbres, fondos submarinos y, por supuesto, su lagarto gigante (Gallotia simonyi) han vuelto a la palestra de la mano del volcán.

Precisamente, el periódico “canarión” La Provincia se hacía eco hace sólo unos días del interés mostrado por la actual corporación insular en crear poblaciones cautivas del amenazado lagarto de El Hierro fuera de la isla. Juan Rafael Zamora -Consejero responsable del Medio Natural del Cabildo Herreño-venía a explicarnos en el artículo que el fin último de esta maniobra no era otro que el de evitar que volcanes, tempestades o cualquier otro imprevisto pudiera finalmente hacer desaparecer al enorme saurio herreño de la faz de la tierra.

Es preciso recordar ahora que hace apenas cinco años una “improbable” tempestad de lluvia destrozó buena parte de las instalaciones del Centro de Recuperación de la especie y estuvo a un paso de hacer que el lagarto gigante de El Hierro pasara a engrosar la lista de especies extinguidas.

Desde la Asociación Herpetológica Española saludamos esta razonable estrategia de no poner todos los huevos en el mismo cesto, y queremos recordar que la idea de enviar lagartos a instituciones de reconocido prestigio para crear poblaciones alejadas, ya aparecía como uno de los objetivos principales del primer Plan de Recuperación de esta especie. Dicho Plan acabó sus cuatro años de validez sin que el Cabildo de El Hierro -la institución responsable de llevarlo a buen puerto, y entonces gobernado por la Agrupación Herreña Independiente (Coalición Canaria)-hiciera el menor gesto para que ese objetivo se cumpliera.

Fieles a una idea que no les honra, la Agrupación Herreña Independiente -ahora en la oposición-respondió el pasado 13 de diciembre al artículo publicado en La Provincia, a través de una nota de prensa difundida por la Agencia EFE. En la nota, titulada “Los Nacionalistas se oponen a que se envíen lagartos fuera de El Hierro”, se afirmaba que si de repente se pudieran visitar poblaciones en cautividad del lagarto gigante fuera de la isla se estaría dejando de rentabilizar la inversión realizada hasta ahora. Como si “sacarle punta” a una especie amenazada fuera el único objetivo de los programas con los que se intenta evitar la pérdida de diversidad biológica en el mundo…

Matar a la gallina de los huevos de oro no ha sido nunca una buena idea, pero en este caso lo es aún peor, porque jugando las cartas adecuadas (eligiendo -por ejemplo-bien a los candidatos, estableciendo relaciones contractuales claras con ellos y cuidando con esmero que los lagartos no acaben convirtiéndose en un “transporte” de parásitos) podríamos tenerlo todo: un número razonable de poblaciones que garantice la supervivencia de la especie, y dinero suplementario procedente de esas instituciones que podría ser convenientemente invertido en la conservación “in situ” de la especie y a mejorar las instalaciones del nuevo centro que pronto abrirá sus puertas.

Asociación Herpetologica Española

www.herpetologica.org

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El Servidor de Información de Anfibios y Reptiles de España (SIARE) es el portal de difusión de la información recogida por los diferentes programas de seguimiento de la AHE. Con esta iniciativa, se quiere facilitar, tanto a los herpetólogos y colaboradores de los diferentes programas como al público en general, el acceso a la información referente a los anfibios y reptiles de España y, en especial, a aquella que se deriva de los programas de seguimiento.

Los objetivos del proyecto son:

  • Creación de un servidor de información herpetológica que permita acceder a la información sobre la biodiversidad herpetológica existente en España.
  • Crear una red de voluntariado en el ámbito herpetológico en España.
  • Crear una herramienta de seguimiento a largo plazo de la evolución de las poblaciones de Anfibios y Reptiles de España.
  • Determinar cuáles son los indicadores más fiables del estado de la herpetofauna en España y proponer nuevos proyectos que nutran el SIARE.
  • Permitir el acceso a la información a todos aquellos interesados en la temática y especialmente a los voluntarios.
  • Actualizar la base de datos de la AHE a partir de las observaciones aportadas por los prospectores y los programas SARE y AHEnuario.
  • Permitir a los voluntarios de los programas tener una herramienta de visualización y gestión de sus datos

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