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El acuerdo, adoptado durante la cumbre de la ONU celebrada en la ciudad japonesa en octubre de 2010, establece, por primera vez, un marco legal para garantizar el uso y la distribución equitativa de la explotación de los recursos genéticos por parte de industrias como la medicina, la cosmética o la biotecnología. Y fija una cuota de protección del 17% de las superficies terrestres y del 10% para las marinas en 2020. Leer más.